Los siete cuerpos sutiles están íntimamente relacionados con los siete chakras principales. Estos cuerpos de energía, conocidos también como cuerpos sutiles, reciben diferentes nombres y funciones según las fuentes que canalizan la información.
1. Cuerpo Físico: Con este cuerpo percibimos con nuestros sentidos. Aunque es una réplica exacta del cuerpo etérico, su vibración es mucho más lenta y densa. Este cuerpo es el vehículo perfecto para cada encarnación, permitiéndonos experimentar lo que hemos decidido vivir. Sirve como un espejo, mostrándonos, a través de sus desequilibrios, los desajustes en nuestros otros cuerpos, emociones y pensamientos. Cuando no estamos alineados con nuestro plan de vida, el cuerpo físico nos lo revela. Es, sin duda, uno de nuestros mejores maestros, que debemos observar con atención y curiosidad.
2. Cuerpo Etérico o Cuerpo Vital: Este cuerpo ocupa el espacio entre nuestra piel y unos cinco centímetros hacia el exterior, comúnmente conocido como aura. Su principal función es servir como molde para nuestro cuerpo físico, planificando cómo será durante el embarazo. Además, este cuerpo almacena las memorias de vidas pasadas, especialmente aquellas que hemos decidido transformar o transmutar. Estas memorias están vinculadas estrechamente con la información que reside en el cuerpo causal.
3. Cuerpo Astral o Cuerpo Emocional: Es el puente que nos conecta con otras vidas y realidades, especialmente durante el sueño profundo, cuando nuestro cuerpo astral nos transporta a otros espacios. Estos viajes astrales pueden servir para liberar tensiones y emociones, manifestándose en forma de sueños, y revelando nuestro estado emocional o mental. También es posible visitar lugares donde seres de luz nos enseñan lo necesario para nuestra evolución. Este cuerpo está conectado al segundo chakra.
4. Cuerpo Mental: Es el más cercano a la densidad de nuestra realidad, alberga nuestras creencias y pensamientos. Algunos de estos patrones se integran en este cuerpo desde el nacimiento, heredados de nuestro linaje. Estas creencias y pensamientos varían a lo largo del tiempo, modificando el color y la forma de este cuerpo. El cuerpo mental está vinculado al tercer chakra, el plexo solar.
5. Cuerpo Causal o Cuerpo de la Voluntad: Este cuerpo está estrechamente relacionado con el quinto chakra, el de la garganta. Aquí se graban todas las posibilidades futuras, basadas en las experiencias de vidas pasadas, las lecciones aprendidas y los dones activados. Este cuerpo actúa como un almacén de herramientas adquiridas, esperando a ser utilizadas a medida que nuestra conciencia despierta.
6. Cuerpo del Alma o de la Conciencia: El cuerpo del alma, relacionado con el sexto chakra o tercer ojo, es donde el alma deposita su energía para la encarnación. En este cuerpo reside la esencia fundamental del alma: su sonido, color y aroma únicos. Este cuerpo es responsable de conectar el alma con la densidad de la Tierra y con los diferentes niveles vibratorios necesarios para la encarnación.
7. Cuerpo Espiritual o Cuerpo del Espíritu: Este es el campo sutil y de alta vibración que se encuentra en dimensiones más elevadas que la nuestra. Aquí reside el Amor de La Fuente en su forma más pura, manteniendo nuestra conexión con lo divino. Este cuerpo, vinculado al séptimo chakra, el chakra corona, es a través del cual el alma comienza a conectarse con su próxima encarnación, estableciendo un puente con nuestra divinidad.
Comprender los siete cuerpos y su relación con los chakras nos permite profundizar en nuestra conexión con el ser y con el universo. Cada cuerpo cumple una función esencial en nuestra existencia, desde lo físico hasta lo espiritual, ayudándonos a evolucionar y a integrar todas las dimensiones de nuestro ser en una experiencia de vida plena y consciente. Al reconocer y trabajar con estos cuerpos, podemos alinear nuestro propósito de vida con las energías más elevadas, promoviendo un bienestar integral que abarca todos los aspectos de nuestra existencia. En última instancia, esta comprensión nos guía hacia una mayor armonía con nosotros mismos y con el universo, permitiéndonos vivir en sintonía con nuestra verdadera esencia.
El camino de claridad, equilibrio y transformación del capital humano.
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